Doña Díriga ha tenido la enorme suerte de aparecer de manera muy, muy informal, en la escena de esta buena persona que se llamaría Pepe y que por tanto hoy sería su santo.
Pero ¡las cosas del querer!
Es que este Pepe es un Sandopen y ahí empieza su leyenda de personaje con traje y con clase.
El que no se lo crea que se atreva a acercarse a su lugar de trabajo.
Siempre diré que es una buena persona. A ciencia cierta.
A lo que iba, estaba yo en un mal día por aquello de que a veces hay que pedir perdón por existir o por tener un puesto de trabajo que ¡cómo te lo curras! o por haber hecho la cena para que tu familia y los pateristas londinenses sigan compariendo sus venturas o desventuras en esta sociedad que nos ha tocado vivir y...
Me encuentro con esta entrada y digo ¿lo felicito por su santo o nos felicitamos por tener a este "santo"?
Es que me vais a perdonar pero estoy en la tierra del famoso "santo" que nos quitaba el hipo...
Lo dicho, Pepe de la Peña debe tener un buen fisio , lo mejor es ir a pedirle el contacto para que no nos vuelva a aquejar la tortículis.
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