lunes, 19 de marzo de 2012

¿Será cuestión de tortícolis?

Traigo a colación un artículo, un evento posterior programado, tras su lectura, por un Consejero de Educación y por una directora de un instituto Cervantes.

Permítidme que os lo recomiende porque da claves, muchas claves, para entender determinados sucesos.
Pero permitidme, a su vez, que os haga mi peculiar visión del tema. Es la visión de ese personaje que habita en un poema popular y que se llama doña Díriga, Dáriga, Dóriga, trompapitágora...

Leed y luego mirad a vuestro alrededor. Si te acercas a un compañero, a un jefe, a un inspector, a un periodista o a un experto no es que no vea claro lo que sucede o que no entienda o sepa lo que hay que hacer es que hay días en que la TORTÍCOLIS hace estragos y sobre todo a partir de una edad.

Si verlo lo vemos claro, el abad de Montserrat y el profesor de universidad,  lo que pasa es que ese día , con la dichosa tortícolis, por su culpa nada más, no podemos mirar de frente y ¡claro está! solo vemos lo que alcanza a vislumbrar nuestra mirada con ese cuello dolorido y rígido.

En este coloquio, moderó un soriano famoso que hizo una intervención muy acertada cuando dijo que siempre se ponen las imágenes que justifican las guerras de ahora, con una mirada "de las de tortícolis", añado yo, porque se lanzan misiles y se ve su lanzamiento pero nunca se muestra la llegada de ese misil que ¡mire usted por dónde!, suele acabar en donde viven y coexisten seres humanos . Claro que son "de otro país al que hay que salvar".


Pues estaba yo reparando en esta tortícolis endémica, quizás haya pocos fisoterapeutas que ayuden a recuperar la flexibilidad de movimiento de esos músculos entumecidos, cuando me encuentro, de bruces, con un nuevo artículo que...
¡Cuestión de tortícolis!
No se preocupen que saber de educación sabemos todos y si no acudan al supermercado y escuchen ... pero las soluciones no son las ir mirando de frente a los maestros que por encima de ellos ha habido y habrá muchos responsables que, desde hace mucho tiempo, saben lo que hay que hacer pero mirar, mirar, ¡ya les gustaría y nos gustaría a todos! 

 Es este dolor de cuello, esta rigidez muscular,  la que hace que miremos para el lado de los maestros que como en botica, haberlos hailos de todos los colores y sabores pero los que salen de un color "rarito"... mejor aislarlos no vaya a ser que  contagien a otros con ilusiones y locuras.

Cerraba su coloquio el Abad y experto profesor universitario diciendo que hacen falta en estos momentos personas soñadoras y entonces doña Díriga pensó ¡¡¡avanzamos!!!!! porque la escuela pública esta llena de maestros que sueñan y que enseñan a soñar cada día .
Déjenles soñar y verán que cambios hay en las PISA s :-)))

6 comentarios:

  1. Aunque sea difícil, yo soy de las que piensan que a pesar de las dificultades y de los tratos administrativos que vemos estos días en las noticias, quiero soñar... y no perder la ilusión, porque las dificultades si se analizan desde el lado optimista, nos ayudan a crecer, a ser más fuertes.
    Tu energía me llega... ¡que lo sepas!
    Un beso, Doña Díriga.

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  2. Aunque sea difícil, yo soy de los que piensan que a pesar de las dificultades y de los tratos administrativos que vemos estos días en las noticias, quiero soñar... y no perder la ilusión, porque las dificultades si se analizan desde el lado optimista, nos ayudan a crecer, a ser más fuertes¡Vaya si nos ayudan!
    Tu energía me llega... ¡que lo sepas!
    Un beso, Doña Díriga.
    P.D.: ¡Hay fisioterapeutas! Al menos, conozco a una, que aunque también pueda padecer de tortícolis, ayuda a los demás a soñar con cuellos cuya movilidad le acerca a mundos de insospechados giros, rompiendo percepciones bidimensionales, abriendo nuevas estructuras y dimensiones

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  3. Creo que aciertan con el fondo Duch y Chillón: "comprender y empalabrar van de la mano; y además (...) el discurso es hacedor de realidad". No creo que acierten con la forma, porque lo mismo se puede decir más claro, más breve, menos profuso. Y sin ocultar la clave en un par de líneas al final... Es decir, mimando a los lectores. A menos que lo que pretendan es hacer alarde de erudición...

    Pero creo que aciertan y ese atino permite analizar bien el discurso posterior. El de la OCDE. Que confunde diagnóstico con tratamiento. Que los hace iguales. Que dice "yo sé qué está pasando" y lo confunde con "yo sé cómo arreglar esto". Que aporta una verdad para identificarla con una opinión y elevar la opinión a la categoría de verdad.

    Mmmm... A lo mejor no, a lo mejor no es cierto que es solo un problema de la palabra. A lo mejor es cómo la palabra oculta el argumento. A lo mejor no se trata de decir más palabras, sino menos. Para que los argumentos emerjan... Y es que con menos palabras te obligas a ser más preciso.

    Lo que yo pienso es: OCEDE, está bien mirar qué se hace bien y tratar de cambiar la educación a partir de ahí, creciendo desde lo que ya existe; OCDE, está muy feo retorcer la realidad para que se parezca a lo que quieres, obviando lo que ya se está haciendo, manipulando para hacer borrón y cuenta nueva y, de paso (o como objetivo principal), cargarte la condición de funcionario.

    Y ya me estoy alargando, jejeje... :)

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  4. Bonita metáfora ésa de la tortícolis, Doña. El caso es que hay quien la sufre porque ha hecho un mal movimiento o ha dormido en mala postura, pero hay también tortícolis interesadas (quién sabe si fingidas) y hasta psicosomáticas. Ese pescuezo torcido, por una u otra razón, se está convirtiendo en hábito con demasiada frecuencia.
    Tampoco es que haya que espantarse de casi nada que tenga que ver con la manipulación de la imagen de los docentes, ya que es cómoda moneda de cambio para distraer la atención de los problemas de verdad.Somos lo peor o lo mejor, según convenga.
    En cuando a la aparente corrupción del discurso, Gadamer pasó su vida defendiendo la tesis de que "El ser que es comprendido es lenguaje". Por cierto, para discutirla, Rorty colocó una coma detrás de ser y otra detrás de comprendido. Entre genios andaba el juego.
    Gracias por estimularnos, Doña Díriga :))

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  5. Jejeje curiosa enfermedad. Estoy de acuerdo con Julita necesitamos estar ilusionados, por nosotros y nuestros alumnos, si no, para que continuar en esta profesión.
    Por cierto, he encontrado la cura, sólo necesitas que otra personas te gire todo el cuerpo para mirar en la otra dirección y no perderte las cosas interesantes.
    :) Gracias por el giro

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  6. ¡Para que luego digan que las mujeres no teorizamos sobre educación (¡que decirlo, se dice, que yo lo he visto escrito!).
    Quizá nuestro "aporte", que dirían los jóvenes de hoy en día, es el enfoque metafórico/incisivo adornado de lenguaje de andar por casa ¡no vaya a ser que se nos enfaden los "barones", espantados por haber entrado en su coto, que haberlos, haylos, en la red como en todas partes!
    Que sí, Doña, que tienes razón en todo lo que dices y en cómo lo dices. Que te ha salido un post redondo que espero que no sea el último, porque necesitamos mujeres que teoricen, ya lo he dicho arriba.

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